Alta Gracia


La ciudad de Alta Gracia se encuentra asentada en la región denominada por sus nativos PARAVACHASCA, vocablo quechua que significa “lugar de vegetación enmarañada”, rodeada por sierras bajas en forma de herradura.



Está emplazada a tan solo 36 km. de la ciudad de Córdoba y en un punto estratégico en la Provincia, permite al turista visitar desde aquí todos los Valles Cordobeses y retornar a la localidad de Alta Gracia en el día.




Historia de Alta Gracia

El Valle de Paravachasca estuvo habitado por aborígenes llamadosComechingones.
Este pueblo, de naturaleza pacífica, sacaba provecho del ecosistema para la subsistencia; luego de su contacto cultural con los Sanavirones, originarios del norte cordobés, aprendieron el cultivo por regadío, domesticaron las llamas y vicuñas, y practicaron la caza y la pesca. Su nombre,Comechigones, significa “come piedra” o “come tierra”, probablemente en alusión a la forma de sus viviendas de palos y paja, excavadas en las barrancas de los cursos de agua o semienterradas en grutas que hacían en las rocas.






Al avanzar la corriente colonizadora del Alto Perú, encabezada por Don Jerónimo Luis de Cabrera, es fundada la Ciudad de Córdoba de la Nueva Andalucía el 6 de Julio de 1573 provocando una reducción de la población aborigen.
En esta gesta, Don JUAN NIETO, recibe como premio a su actuación, unaMerced de Tierras, que abarcaban la zona de Paravachasca, el 8 de abril de 1588. Al morir Juan Nieto, en 1609, su viuda contrajo enlace con Don Alonso Nieto de Herrera, quien no tenía parentesco con Juan Nieto, y queda como único heredero de esta extensa propiedad al fallecer su esposa e hijastra. En recuerdo de un Sntuario de Algarrovillas de Alconetar (Extremadura, España), dedicado al culto de la Virgen de Alta Gracia, de quien era muy devoto, rebautiza con su nombre a la zona. Hombre de fuerte convicción religiosa, resolvió ingresar a la COMPAÑÍA DE JESÚS, como hermano coadjutor, donando todos sus bienes a la misma en el año 1643.




Cuando los Jesuitas llegan a la Estancia, comienza una época de gran progreso; para proveer de agua a las tierras cultivables, construyen un TAJAMAR (1653), el que era provisto por medio de canales subterráneos y acequias que lo alimentaban desde su obra complementaria, LOS PAREDONES. Esta obra hidráulica se completaba con EL MOLINO y luego proveía el riego de las huertas y las quintas.
Sus obras arquitectónicas perduran hasta hoy, las cuales fueron declaradasPatrimonio Histórico – Cultural de la Humanidad por la UNESCO, el 2 de diciembre de 2000. Sus principales construcciones son EL OBRAJE, LA IGLESIA, y LA RESIDENCIA. No han quedado rastros pero sí referencias deLA RANCHERÍA, donde vivían los esclavos negros y los obreros nativos.
En 1767 son expulsados los Jesuitas de todas las Misiones en América y Europa, y sus bienes pasan a ser administrados por una JUNTA DE TEMPORALIDADES. Los esclavos son llevados a Córdoba y la Estancia de Alta Gracia queda prácticamente abandonada.








Luego la Estancia fue rematada, más tarde hipotecada y pasó a manos de diferentes dueños, hasta 1810 en donde Victorino Rodríguez se la vende al Ex Virrey DON SANTIAGO DE LINIERS Y REMOND, que a su paso por Córdobadecide afincarse y con dinero prestado e hipotecas, compra la Estancia.
Producida la Revolución de MayoLiniers integra una delegación contrarrevolucionaria que desde Córdoba avanza hacia Buenos Aires.
Esta es reprimida y sus jefes, entre ellos Liniers, fueron ejecutados enCabeza de Tigre, cerca de la actual Cruz Alta. La estancia pasa entonces a manos de los herederos del Virrey, quienes no pueden atenderla ya que eran menores de edad y sus tutores residían en Buenos Aires. Finalmente la subastan en agosto de 1820, y resulta adjudicada a DON JOSÉ MANUEL SOLARES.












Poco antes de su muerte y en razón de no tener descendencia,éste define en su testamento su voluntad de crear una Villa, en las proximidades de lasConstrucciones Jesuitas, que inicia con la donación de parcelas a “los pobres de notoria honradez”, los músicos del culto, autoridades, etc., destinando a tal fin un sector de la propiedad, con una superficie de 79 cuadras, próximas a la huerta y a la Residencia.

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