Ciudades fantasma que vale la pena conocer

De Estados Unidos a Rusia, y de Japón a Namibia, la visita a ciudades y pueblos abandonados marcan una tendencia en materia turística. Quizás el mejor ejemplo sea el de Pripryat, la ciudad cercana al reactor nuclear de Chernobyl, donde los turistas se adentran en una zona radiactiva -con traje especial si así lo desean, aunque no es indispensable si es sólo por unas horas- por unos 100 dólares en grupo o hasta 500 en tour individual. Aquí, una lista de algunos de estos sitios que vale la pena conocer.


La fiebre de los metales
La gran mayoría de las ciudades y pueblos que vieron desaparecer en poco tiempo a sus habitantes son las que surgieron al compás de las fiebres minerales como oro, diamantes o carbón.


Bodie: hay muchos pueblos de este tipo en los Estados Unidos, pero uno de los más atractivos, al menos desde lo estético, es Bodie, en el centro-este de California, casi en la frontera con Nevada. El oro se desdcubrió en 1859, y 20 años después, el pueblo tenía 10.000 habitantes, con ladrones, pistoleros, prostitutas y hasta 65 salones, salas de juego y fumaderos de opio, e incluso un próspero barrio chino. La decadencia comenzó a fines del siglo XIX, y en 1910 sólo quedaban 698 personas. Hoy hay más de 150 edificios bien conservados e incluso reconstruidos, que cada año reciben a unos 200 mil visitantes. En 1962 el lugar fue convertido en Parque Histórico del Estado.


Kolmanskop: otra historia de fiebre minera, aunque con condimentos propios, en el sur de Namibia, sudoeste de Africa. Allí los alemanes descubrieron un gran yacimiento de diamantes y construyeron una ciudad de estilo alemán, con salón de baile, teatro y el primer sistema de tranvías del continente. Con el fin de la fiebre de diamantes, en la década del 50, las casas fueron abandonadas y ocupadas por las arenas del desierto. Los tours para visitarla parten de la cercana ciudad de Lüderitz.
Promesas del este

Hashima: era una más de las más de 500 islas frente a las costa deNagasaki, sur de Japón. Pero a comienzos del siglo XIX se encontró una gran veta de carbón, y el pequeño y rocoso arrecife se convirtió rápidamente en un complejo industrial con ciudad incluida. El fervor duró casi 90 años. Incluso se le ganó terreno al mar y se protegió a la isla de los tifones con un alto muro de hormigón. En la mina llegó a haber casi 6.000 trabajadores, muchos de los cuales vivían con sus familias, por lo que la densidad de población llegó a 3.460 habitantes por km2. Teatros, escuelas, cines, tiendas, restaurantes, peluquerías, salones de té, gimnasios, templos, de todo queda sólo la carcasa, porque la mina cerró en 1974. Se puede visitar con un permiso especial del gobierno.

Iultin: fue construida por prisioneros en la década de 1930, en uno de los sitios más inhóspitos que se puedan imaginar: en la región deChukotka Iultinskom, en el noreste de Rusia, cerca del Mar de Bering. La ciudad tomó su nombre de un monte cercano donde se descubrieron yacimientos de estaño, tungsteno y molibdeno. Llegó a tener miles de habitantes, y los últimos en retirarse lo hicieron en 1993. Hoy se puede deambular por sus calles asfaltadas y edificios casi intactos, aunque sólo en verano; en invierno, la ciudad y sus fantasmas yacen sepultados por la nieve.
De Italia a Chipre y el Caribe
Otros pueblos sufrieron alguna catástrofe -natural o provocada por el hombre- o amenaza, y también vivieron un éxodo que dejó intactas sus estructuras, pero vacías de vida.

Craco y Balestrino: son dos pueblos medievales de Italia detenidos en el tiempo. El antiguo Balestrino, pueblecito de arquitectura medieval ubicado en la cima de una colina de la provincia de Savona, fue abandonado por la inestabilidad geológica de la zona. En 1887, un terremoto destruyó algunas construcciones y asustó a muchos habitantes. Los últimos se fueron en 1953.

Pripyat: es la ciudad de Ucrania que fue víctima del estallido de un reactor nuclear de la cercana planta de Chernobyl. Paradójicamente, los 50 mil habitantes de la ciudad estuvieron entre los últimos en enterarse del problema, y el domingo 27 de abril de 1986 fueron evacuados -les dijeron que era por tres días- en 2.700 autobuses, 15 barcos, dos trenes y 300 camiones, más los casi 9.000 que fueron en sus vehículos particulares.

Plymouth: en 1995, el volcán Soufriere Hills entró en erupción sin previo aviso, y todos los habitantes de la capital de la caribeña islaMontserrat -perteneciente al Reino Unido- huyeron hacia el norte. En dos días, los 13.000 habitantes de Montserrat fueron evacuados. Luego unos pocos regresaron, pero no a Plymouth, que se mantiene como testimonio del evento: calles cubiertas de lava solidificada, casas e iglesias semienterradas o cubiertas por cenizas.

Varosha:desde hace 40 años, altas rejas impiden el paso al que una vez fue el principal centro de veraneo de Chipre, con bellas playas de arena sobre el mar Mediterráneo. Desde fines de los 60, esta playa de la ciudad de Famagusta se convirtió en uno de los destinos de verano más famosos del mundo, recibía a celebridades como Elizabeth Taylor, Richard Burton o Brigitte Bardot, y sus grandes hoteles y edificios de departamentos estaban siempre a pleno. Pero luego fue víctima de uno de los capítulos más increíbles de la disputa por Chipre entre Grecia y Turquía: en agosto de 1974 todo el norte de Chipre, Varosha incluida, fue ocupado por tropas turcas, y más de 45.000 greco-chipriotas huyeron. Hasta hoy, sólo personal autorizado puede traspasar las defensas, y la ciudad se derrumba inevitablemente.

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