Tren a las Nubes, el encanto salteño que se renueva en 2016

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Por obras en las vías que llevan al mítico Viaducto La Polvorilla, los pasajeros harán un tramo en bus y otro en ferrocarril. ¿Las ventajas? Visitas a poblados de la Quebrada del Toro y un stop de dos horas en San Antonio de los Cobres, con actividades incluidas.


Criticado (por algunos) por “demasiado turístico”; considerado, por otros, “la mejor experiencia del mundo”, es innegable, como sea, que elTren a las Nubes constituye uno de los mayores íconos turísticos del Noroeste argentino. Y este año viene con buenas novedades: porque si uno de los puntos que se le cuestionaba a este circuito de Salta era ser demasiado extenso, y si muchos viajeros objetaban que la experiencia paisajística (magnífica, por cierto) carecía de un contacto genuino con los locales, todo cambiará muy pronto.
La necesidad se hizo excusa para la renovación. Es que varios informes de mantenimiento indicaron la importancia de optimizar las vías de los 217 kilómetros que unen Salta Capital con el Viaducto La Polvorilla
“Para que no se suspenda la propuesta, vamos a comenzar arreglando el tramo de San Antonio de los Cobres hasta La Polvorrilla, de modo que a mediados de junio ya esté funcionando esa sección y el tren pueda empalmar con los colectivos que transportarán a los pasajeros desde Salta hasta San Antonio de los Cobres”, adelantó a Todoviajes Diego Valdecanots, presidente de Tren a las Nubes (Sociedad del Estado).
Si bien se desconoce el tiempo que llevará remodelar el largo tramo de Salta a San Antonio (podrían ser dos o tres años), la firma del convenio para la ejecución de esta primera etapa de obras está anunciada para esta tarde, con la participación del Gobierno provincial, el ministerio de Turismo de la Nación y la empresa Belgrano Cargas Logística SA.
Gran cambio
Una de las novedades de las salidas para 2016 (a la venta desde el 1 de mayo) es que los pasajeros, moviéndose en bus hasta San Antonio de los Cobres, podrán descender en algunos poblados de la zona, algo que no se hacía en la versión del circuito hecho por completo a bordo del ferrocarril.
“El nuevo producto saldrá dos veces por semana, a las 7 de la mañana, y se dirigirá por la ruta 51 hasta Campo Quijano, donde se hará una parada de 20 minutos”, explicó Valdecantos. "Allí se visitarán la plaza del pueblo y la locomotora del legendario ferrocarril Huaytiquina, que fue, de alguna manera, el inicio del recorrido del Tren”.
Luego, el trayecto seguirá hasta el Viaducto del Toro, que cruza el río del mismo nombre. Los pasajeros que quieran descenderán para la foto, un tema para nada menor, ya que uno de los puntos que se cuestionaba a la versión anterior del circuito era la falta de paradas en un trayecto muy largo, de prácticamente todo el día.
Más tarde, también en la ruta 51, los buses harán un stop en El Alfarcito, paraje fundado por Sigfrido Moroder -el famoso padre "Chifri”- quien, tras su muerte en 2011, dejó un legado inmenso para las comunidades locales: entre otros, un centro de artesanías (medio de subsistencia clave para muchos lugareños) y una escuela que funciona como epicentro para 25 comunidades.

Por Irene Hartmann
Cerca de las 9.30, los trescientos pasajeros tomarán en El Alfarcito, un desayuno. Pero con un plus: será servido por los chicos del colegio secundario del lugar, que tiene orientación en Turismo. Además, les mostrarán el paraje y contarán la historia de El Alfarcito.
Cerca del mediodía se arribará a la estación de trenes de San Antonio de los Cobres, donde por fin se hará el trasbordo al ferrocarril.
Un lugar en el mundo
A chicos y grandes les crece la expectativa en esos 22 kilómetros restantes hasta La Polvorilla, el mítico viaducto en las alturas.
¿Sus dotes técnicas? Es una rareza arquitectónica con -tres en uno- pendiente, peralte y curva. Hay que sentir el aire (como se pueda...) a 4.200 metros sobre el nivel del mar. Todos izan la bandera Argentina, con himno y lágrimas incluidas.
De regreso, otra vez el trasbordo a los buses, que llevarán a los viajeros, no de vuelta a la capital salteña, sino al pueblo, propiamente dicho, de San Antonio de los Cobres.
Son las 14 y hay dos horas libres para almorzar, pasear, interactuar con la gente y aprovechar las propuestas: ver el mercado artesanal y visitar artesanos que enseñan y proponen, a los visitantes, crear su propia pieza de barro. 
Otra opción es conocer a “Anatolio y sus llamas”, un lugareño que comparte con los pasajeros la convivencia de estos animales y el hombre, un vínculo solidario increíble que involucra la crianza y la subsistencia.
Tiempo de compartir
Para Valdecantos, “el derrame económico va a impactar mucho en las poblaciones locales: calculamos que, entre comida y artesanías, el turista gaste unos 500 pesos por persona, lo que, a 300 pasajeros en cada salida, daría a esas comunidades cerca de un 1.200.000 pesos mensuales”.
Luego, sí, el regreso a Salta capital. Pero falta una parada más, tal vez, una de las más interesantes. Es que Santa Rosa de Tastil es uno de esos poblados no muy conocidos que lanzó su reputación a la fama desde que la Unesco le otorgó, en 2014, el rótulo de Patrimonio de la Humanidad a su tramo del Qhapaq Ñan, uno de los muchos senderos que conformaron la red del Camino del Inca en la región.
Bastante antes de la medianoche, a las 19.30 (lejos de la larguísima jornada del Tren a las Nubes), los pasajeros regresarán a sus hospedajes en la capital salteña.
La mochila, cargada de recuerdos de barro, artesanías hermosas, tejidos para el invierno y fotos increíbles de esa puna imposible de tan calva, tan remota e inmensa. Lo mejor: imágenes de la gente, memoria de una cultura. La andina.
Datos útiles: la venta de pasajes para las salidas de junio de este año comenzará el 1 de mayo. Costará 1.700 pesos para extranjeros, 1.500 para nacionales (con un descuento a los salteños, que abonarán 600 pesos) y 800 pesos en la opción “sólo tren”, es decir, a viajeros que vayan y vuelvan de San Antonio de los Cobres con su vehículo o a bordo de agencias privadas.

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