Con una fiesta maratónica, Carlos Paz celebró 100 años

Los festejos se extendieron durante todo el día. Hubo fuegos artificiales, espectáculos callejeros, una procesión religiosa, kermés y un show acrobático nocturno. Participaron más de 60 mil personas.


No fueron cien años de soledad sino todo lo contrario: ayer Carlos Paz festejó su centenario exultante, colorida, sin pegar un ojo en la almohada y con más de 60 mil personas en las calles que hicieron propia una maratónica celebración que arrancó la medianoche del lunes, cuando una batería infinita y ensordecedora de fuegos artificiales iluminaron esa porción de cielo estrellado que se erigió como uno de los puntos turísticos más importante del país. “Somos la ciudad de todos”, le dijo a Clarín con el cuerpo inflado de orgullo Esteban Avilés, el joven intendente que tiene la Villa. Lo que comenzaba eran 24 horas de pura fiesta.
Es que el día de las cien velitas fue eterno. Empezó con un amanecer en el que 200 artistas perforaron la línea de tiempo y –con atuendos típicos de la época– se pasearon por las calles en autos antiguos y carruajes; interactuaron con los vecinos y les entregaron a modo de souvenir un ejemplar del “Diario del Centenario”.
Ningún vecino quiso perderse los festejos. Por eso, la kermés que se armó al lado del lago San Roque convocó a miles de familias que jugaron y disfrutaron en un almuerzo-merienda que se extendió hasta las cinco de la tarde.
Mientras tanto, en el hospital Gumersindo Sayago, nacía Uma Santina Barrionuevo, la primera beba carlospacense que tuvo el centenarioy que fue distinguida con flores, una plaqueta y algunos regalitos más.
A hora de la siesta, y con la presencia del Arzobispo de Córdoba, Carlos Náñez, la misa y la posterior procesión hacia los jardines municipales representaron los momentos más emotivos en una histórica jornada, tan multitudinaria como íntima, en la que la patrona de la ciudad, Nuestra Señora del Carmen fue, por lejos, la más mimada. El día acompañó con un “veranito” que alcanzó los 30 grados.
Mientras la procesión caminaba lenta y multitudinaria; en el playón municipal el Ejército del Norte recreó la Batalla de San Roque ocurrida en 1829 y en la que resultó victorioso –sobre el gobernador Juan Bautista Bustos– el general José María Paz, abuelo de Carlos Nicanor, el fundador de la Villa.
Cuando el sol decidió esconderse, las luces multicolores que recrearon la historia de Carlos Paz sobre las paredes de la municipalidad acapararon todas las miradas, con la técnica de mapping.
El plato fuerte de la noche corrió por cuenta de los artistas del suceso teatral Stravaganza y el grupo de danza aérea Eleve. Con movimientos acrobáticos y una inmensa grúa que paseó cuerpos contorsionados por el cielo, ambos elencos ofrecieron un espectáculo memorable que despertó la gran ovación de unas 30 mil personas que coparon los jardines de la municipalidad.
Como no podía ser de otra manera, en el centenario –que ya tiene su estampilla propia– también tuvieron su pedestal las distintas figuras artísticas que, verano tras verano, se volvieron un pilar fundamental para el crecimiento de Carlos Paz. Encabezados por Florencia de la V, la madrina más popular que tiene la Villa; estuvieron, entre otros, Nazarena Vélez, Rodolfo Ranni, Georgina Barbarossa, Aníbal Pachano y hasta la cantante cordobesa Coki Ramírez.
Después de que más de 300 artistas pasaran por las tablas, llegó el cierre a pura percusión con 100 tambores en el escenario, algunos de los cuales fueron repiqueteados por alumnos de distintas escuelas de la ciudad.
De repente, con la música de Patricia Sosa de fondo, la noche se volvió día. Los colores verdes, azules, amarillos, rojos, violetas y blancos trazaron dibujos y pintaron ese techo estrellado de acuarela que nunca tiene descanso. Así arrancó su almanaque número cien Villa Carlos Paz: con un festejo maratónico, multitudinario e íntimo en el que su pueblo dijo presente.

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