Jujuy, la bota nacional

Provincia que enamora por el encanto de su legítima identidad. En ella conviven la quebrada, los valles, la puna y las yungas jugando con contrastes impredecibles.




Perfecto destino invernal, se puede optar por el camino de la Quebrada de Humahuaca, declarada Patrimonio de la Humanidad, Paisaje Cultural por la UNESCO, y no perderse Tilcara –con su pucará precolombino– ni olvidarse de Purmamarca, con su Cerro de los Siete Colores y su pueblito con la feria artesanal en la plaza. Será muy probable presenciar alguna fiesta patronal o sus misachicos (procesiones), escuchar musiqueros con quenas y sicus, niños que recitan poesías a cambio de alguna moneda  y beber un té de coca si nos da el “soroche” (mal de altura). Se podrá  llegar hasta las Salinas Grandes, más de 12 mil hectáreas de sal a cielo abierto, de luz incandescente y paisaje surrealista. O virar hacia las yungas  –selva de altura, cubierta de nubes durante el verano y comienzos del otoño– haciendo una parada en Yala, a 12 kilómetros de la ciudad capital (San Salvador de Jujuy), ubicada en el Area de la Reserva de la Biósfera de las Yungas, con el Parque Provincial Potrero de Yala. Mientras se hace camino, detenerse a degustar alguna comida regional andina como humitas o tamales, asado de llama o algún guaschalocro con quinoa. Si prueba el quesillo de cabra –si es  de San Antonio, mejor– acompáñelo con algún vino artesanal. Tarifa aérea ida y vuelta, Buenos Aires-San Salvador de Jujuy por Aerolíneas Argentinas: $ 1.267.

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