Salta
En el rico y bello Valle de Lerma, la capital salteña se luce día y noche. Es dueña de una arquitectura de tipo hispánico, que se aprecia en todo su esplendor, enmarcada por un paisaje de montaña dominado por los cerros San Bernardo -al cual se puede ascender por teleférico- y 20 de Febrero. Con la caída del sol, la ciudad se ilumina y la Plaza 9 de Julio se convierte en punto de encuentro para todos los paseantes.
A su alrededor, la gran Catedral y el Cabildo conforman la más típica postal. Cerca de allí, la Iglesia, el Convento San Francisco y el Convento San Bernardo deslumbran con su antiquísimo valor a los visitantes. Alejándose de la plaza por la calle Balcarce, los restaurantes de comida regional y las bulliciosas peñas convocan a multitudes.
A su alrededor, la gran Catedral y el Cabildo conforman la más típica postal. Cerca de allí, la Iglesia, el Convento San Francisco y el Convento San Bernardo deslumbran con su antiquísimo valor a los visitantes. Alejándose de la plaza por la calle Balcarce, los restaurantes de comida regional y las bulliciosas peñas convocan a multitudes.
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