San Carlos de Bariloche
Con las cenizas del volcán Puyehue convertidas en ladrillos y alejadas del aire patagónico, Cerro Catedral, el centro de ski de Bariloche se apresta a una buena temporada con cielo límpido. Inaugurado en 1942, tiene equipos de esquí, snowboards, pista de trineos, snow tubbing, caminatas con raquetas… de todo y para todos los gustos y edades.
Pero Bariloche abre un gran abanico de opciones para el invierno, más allá de la nieve y los chocolates, ahumados y pastelería europea. En Bariloche, la naturaleza deslumbrante en forma de bosque húmedo con arrayanes y coníferas se distribuye en el Parque Nacional Nahuel Huapi, con su lago –conectado con la cuenca de los Siete Lagos–, el Cerro Tronador y sus siete glaciares, la Isla Victoria y tantos atractivos más. Siempre es momento para, por ejemplo, volver o conocer por primera vez el Hotel Llao Llao o el Puerto Blest, digno de la postal más paradisiaca, o la Isla Huemul. Todos estos recorridos se mantienen abiertos también en invierno. Conviene hacer base en la ciudad, desde donde se pueden contratar excursiones o disponer de información para emprender caminatas: el servicio del Club Andino es excelente e indica qué es posible hacer en cada mes del año, para el disfrute y seguridad del visitante. Un paquete de aéreo y 6 noches en un sencillo pero confortable hotel de 3 estrellas cerca del Centro Cívico cuesta $ 5.500 por pasajero.
Más información: Dorada Bariloche
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