Inauguran el edificio más alto de Europa

El Shard, que con 310 metros es el edificio más alto de Europa, se inauguró oficialmente el jueves en Londres para tratar de aprovechar el impulso turísticos de los Juegos Olímpico. El rascacielos diseñado por el veterano arquitecto italiano Renzo Piano, que por el momento sólo está terminado por fuera, no abrirá sus puertas al público hasta 2013, y su reinado continental se anuncia breve porque una torre más alta en Moscú debería superarlo en los próximos meses.





Según informa Afp, el príncipe Hamad Bin Jassim Al-Thani, primer ministro de Qatar (país que financió la construcción), y uno de los hijos de la reina Isabel II, el príncipe Andrés, encabezaron la ceremonia oficial organizada cuando la capital británica concentra toda la atención mundial a tres semanas de la apertura de los Juegos Olímpicos (27 de julio-12 de agosto). La inauguración contó con un espectáculo de láser amenizado por la Orquesta Filarmónica de Londres que iluminó los principales monumentos de la capital, ante miles de personas congregadas en la orillas del Támesis.
Situada cerca del emblemático London Bridge, esta torre afilada de forma piramidal que tardó 12 años en concretarse y costó al menos 700 millones de dólares, domina con su imponente presencia la orilla sur del río, con sus 95 pisos, 72 de los cuales ocupables. Sus diseñadores la presentan como la “primera ciudad vertical” de Londres, ya que podría albergar a a unas 12.000 personas, con un hotel de cinco estrellas de 18 pisos, restaurantes, tiendas y unos 56.000 metros cuadrados de oficinas.
Una plataforma de observación con una vista panorámica de 360º abrirá en febrero próximo a los turistas en el piso 69 a un precio nada despreciable de 39 dólares (31 euros) para los adultos, pero 17.500 personas ya se han preinscrito en la web oficial del rascacielos. Un puñado de privilegiados podrá disfrutar de las mismas vistas espectaculares en forma permanente en alguna de las 10 viviendas exclusivas que se construirán entre los pisos 53 y 65, y que según informaciones de prensa se venderán a precios que oscilarán entre los 46 y 77 millones de dólares.
Algunos defensores del patrimonio como la asociación English Heritage lamentan, por ejemplo, que la imponente construcción eclipse a la Catedral de San Pablo, símbolo de Londres desde hace tres siglos, cuya vista está protegida desde varios puntos culminantes de la ciudad. La UNESCO estimó por su parte que el edificio perjudica “la integridad visual” de la Torre de Londres, inscrita en su lista de patrimonio mundial. Pero el exalcalde de Londres, Ken Livingstone, se declaró convencido en la radio BBC de que el nuevo edificio “definirá Londres y será nuestro equivalente del Empire State”, de Nueva York.

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