Regreso a la naturaleza
La “Capital Nacional del Trekking” ofrece múltiples opciones para disfrutar del imponente Parque Nacional Los Glaciares. Además, navegaciones, mountain bike, sabores artesanales y consejos para iniciarse en las caminatas de montaña.
El cartel de bienvenida a El Chaltén, con sus cerros tallados en madera, no fue puesto donde está por azar. Basta con levantar la mirada para apreciar una de las vistas más imponentes de la provincia de Santa Cruz, y de toda la Patagonia: la esbelta figura del cerro Fitz Roy recortada contra el cielo y rodeada de montañas de granito que desafían al viento. Hay que bajar la mirada para encontrar esos mismos cerros tallados en madera acompañados por la leyenda “ El Chaltén, Capital Nacional del Trekking ”. De modo que mientras uno posa para la foto junto al cartel, con los famosos cerros de fondo, puede tomar dimensión del paisaje y de las infinitas propuestas que ofrece este pueblo, ubicado 220 km al noroeste de El Calafate.
Fundado por decreto en 1985, El Chaltén presume de ser el pueblo más joven del país. Por entonces, este paraje –al pie de los macizos del cerro Fitz Roy– era un lugar solitario y muy cercano a la zona de conflicto fronterizo por el Lago del Desierto. Su fundación tuvo motivos estratégicos, es cierto, pero la belleza del lugar y la presencia de los legendarios cerros terminaron convirtiéndolo en un importante centro turístico de la Patagonia.
Una vez que –no hace tanto– se asfaltó el acceso desde El Calafate, quedaron atrás cierto aislamiento y largas horas de trayecto por ripio. Eso ayudó a que, especialmente entre noviembre y abril, el pueblo adquiera un aspecto colorido y cosmopolita, gracias a los miles de turistas de todas las latitudes que circulan por sus calles munidos de bastones, camperas técnicas y zapatos de trekking.
Aunque suele ser un segundo destino, o “escapada” en una visita a El Calafate y el glaciar Perito Moreno, lo cierto es que con el tiempo El Chaltén se ha ganado un lugar por derecho propio, y ofrece una alternativa algo más rústica y en contacto con la naturaleza, de glaciares y alturas cordilleranas.
A pesar de ser un pueblo pequeño –casi mil habitantes estables–, ofrece una amplia variedad de alojamientos y gastronomía para todos los presupuestos; de un simple sándwich a un cordero a las brasas. Pero aquí no se viene a comer, sino esencialmente a caminar, mientras se disfruta de paisajes que quitan el aliento. Las excursiones pueden ser guiadas o autoguiadas, y tienen distintos grados de dificultad. El sitio es ideal tanto para los montañistas experimentados, que llegan para escalar los cerros Fitz Roy o Torre (dos de las cumbres más difíciles del planeta, pese a que su altura apenas supera los tres mil metros) como para familias o adultos que buscan emprender sencillas caminatas en el bosque.
El “volcán” azulado
En la antigua lengua de los originarios pobladores aónikenk o tehuelche,chaltén significa “azulado” o “humo”. Y así llamaron estos pueblos al imponente macizo que consideraban sagrado, y que siglos después fue bautizado Fitz Roy por el perito Francisco Moreno. Sin embargo, aquel primer nombre es el que mejor le cuadra, ya que resulta fácil confundir esta mole de granito con un volcán, por su forma y por la corona de nubes que suele rondar su cima. Cuando el cielo está despejado, se lo puede ver a cientos de kilómetros de distancia, acompañando de frente la ruta hasta la llegada al pueblo. Desde la estepa, la imagen de las montañas que cortan el horizonte se impone con la contundencia de la soledad y el viento persistente.
En la antigua lengua de los originarios pobladores aónikenk o tehuelche,chaltén significa “azulado” o “humo”. Y así llamaron estos pueblos al imponente macizo que consideraban sagrado, y que siglos después fue bautizado Fitz Roy por el perito Francisco Moreno. Sin embargo, aquel primer nombre es el que mejor le cuadra, ya que resulta fácil confundir esta mole de granito con un volcán, por su forma y por la corona de nubes que suele rondar su cima. Cuando el cielo está despejado, se lo puede ver a cientos de kilómetros de distancia, acompañando de frente la ruta hasta la llegada al pueblo. Desde la estepa, la imagen de las montañas que cortan el horizonte se impone con la contundencia de la soledad y el viento persistente.
Para llegar aquí desde El Calafate se recorren más de 60 km por la famosa ruta 40, hasta desviar hacia el noroeste por la ruta 23. Mientras nos vamos acercando, a la izquierda asoma el inmenso y verdoso lago Viedma, con su glaciar azulado que baja como un río entre las montañas. Al final del asfalto, el pueblo aparece semi escondido entre los paredones de granito y los giros del río Las Vueltas, que hace las veces de límite este del Parque Nacional Los Glaciares, una maravilla natural que, por su espectacular belleza, su interés glaciológico y geomorfológico y las especies de su fauna en peligro de extinción, fue declarado Patrimonio Mundial de la Humanidad por la Unesco.
El glaciar más famoso de este parque está más al sur, y es el Perito Moreno, sobre el brazo sur del lago Argentino. Pero arriba en la Cordillera, marcando –o más bien borrando– las fronteras entre Argentina y Chile, están los campos de hielo, enorme desierto helado de 2.600 km2 del que se desprende el Perito Moreno, entre 300 glaciares mayores y menores. El de mayor tamaño en el parque es el Upsala, con 50 km de largo y casi 10 de ancho, en el brazo norte del lago Argentino.
A pie entre el hielo y la roca
En el sector norte del Parque Nacional, El Chaltén hace honor a su denominación de “Capital Nacional del Trekking”, y por sus calles reinan los peatones de andar acompasado, vestidos con ropas técnicas y de alta montaña. A principios de marzo se realizará aquí una nueva edición de la Fiesta Nacional del Trekking, que incluye maratones por postas, bicicleteadas, trekkatlon, torneo de escalada en roca, actividades hípicas, concurso de hacheros y un festival musical con artistas locales.
En el sector norte del Parque Nacional, El Chaltén hace honor a su denominación de “Capital Nacional del Trekking”, y por sus calles reinan los peatones de andar acompasado, vestidos con ropas técnicas y de alta montaña. A principios de marzo se realizará aquí una nueva edición de la Fiesta Nacional del Trekking, que incluye maratones por postas, bicicleteadas, trekkatlon, torneo de escalada en roca, actividades hípicas, concurso de hacheros y un festival musical con artistas locales.
Aunque siempre es recomendable contar con un guía, sin dudas un punto a favor de esta zona del parque es que sus senderos autoguiados, de distintos grados de dificultad, están claramente identificados, y que en esta parte del año es habitual cruzarse con muchos caminantes, lo que reduce los riesgos al mínimo. Desde el pueblo mismo parten distintas rutas que llevan, al menos, a 15 destinos, con cinco sitios de acampe permitidos más un sexto camping, privado, en Lago del Desierto, ya fuera del parque. Por allí uno se va cruzando con trekkers que, mochilas al hombro, van armando la carpa en los distintos sectores, según el recorrido elegido. Aunque siempre está la opción de hacer salidas por el día y regresar a un alojamiento más confortable en el pueblo. Por el camino se dejan carpinteros magallánicos, lechuzas, cachañas (de la familia de los loros) o patos de los torrentes, entre las 100 especies de aves de la zona, además de algún zorro gris o colorado, liebres patagónicas y, con suerte, algún huemul, animal en peligro de extinción declarado Monumento Provincial y Nacional.
Los expertos suelen elegir enseguida los circuitos más exigentes, pero quienes no estén entrenados para grandes desafíos, pueden hacer distintas caminatas sencillas, de esas que en los planos figuran como “muy fácil”. Así, si uno no es un montañista avezado, dispuesto a encarar las dificultosas paredes de los cerros Torre y Fitz Roy, luego de algunas horas de caminata, podrá apreciar increíbles panorámicas y conocer los campamentos base, donde los escaladores esperan con paciencia su oportunidad.
Una de estas caminatas fáciles es la que lleva al Mirador de los Cóndores, cerca del centro del pueblo. Desde allí se puede ver el brillo metálico de las casitas sobre el valle, custodiadas por el macizo y sus faldas de nieve. También se aprecia una panorámica enmarcada por las aguas turquesas del lago Viedma, los cerros y la estepa.
Otra caminata sencilla es la que, en apenas media hora, lleva hasta Chorrillo del Salto, una cascada de 12 metros de altura escondida en un bosque de lengas y ñires, y que en invierno suele congelarse. De paso, un consejo: en primavera estalla la vida, los colores, la luz, pero los tonos del otoño, con la lenga tiñéndose de ocre, colorados y amarillos, son inigualables.
Otro sendero apenas un poco más exigente permite, en unas dos horas, llegar hasta la laguna Capri, después de atravesar ríos, praderas cubiertas de flores y un breve tramo de bosque subantártico. Desde allí, es más que recomendable continuar luego hasta la Laguna de los Tres. El ascenso de este tramo no es para cualquiera; hace falta tener aunque sea un mínimo estado físico porque el esfuerzo se siente, pero también la recompensa: desde allí arriba, la vista de la laguna al fondo de un acantilado, y de las moles de los cerros Fitz Roy, Saint Exupéry y Poincenot justo enfrente, casi al alcance de la mano, es sencillamente inolvidable.
Otro recorrido interesante es el que lleva hasta Piedra del Fraile (12 km en total, unas 6 horas de dificultad media). Llegando a destino, ya cerca del lago Eléctrico, se pueden obtener nuevas perspectivas del omnipresente Fitz Roy, desde la cara norte, un ángulo totalmente distinto al que se suele contemplar en las postales.
En bici y en el agua
La ruta 23 continúa, de ripio, hacia el norte, siguiendo los caprichos del zigzagueante río Las Vueltas y atravesando bosques de ñires, galerías de lengas y ríos cristalinos como el Toro y el Eléctrico.
La ruta 23 continúa, de ripio, hacia el norte, siguiendo los caprichos del zigzagueante río Las Vueltas y atravesando bosques de ñires, galerías de lengas y ríos cristalinos como el Toro y el Eléctrico.
Pero luego de 37 km, finaliza abruptamente: es el Lago del Desierto, un bello espejo de agua rodeado de bosques que se hizo famoso al ser objeto de una larga disputa limítrofe con Chile que culminó en 1994, cuando el tema se resolvió por un diferendo arbitral.
En el lago se puede emprender el ascenso hasta el glaciar Huemul, tras una caminata que atraviesa un bosque, para luego escalar con cierto esfuerzo hasta el glaciar. Vale la pena subir para apreciar los colores azulados del hielo, que se reflejan en la laguna a sus pies.
Otra posibilidad es emprender una navegación de dos horas por el lago, que en los días despejados regala unas vistas asombrosas de la cara norte del cerro Fitz Roy.
Una buena opción para llegar a Lago del Desierto es la bici, ya que es el recorrido más habitual para las mountain bike. Las salidas suelen incluir un tramo (la ida) en un transfer, para regresar pedaleando entre los macizos cordilleranos.
Y para tener otra perspectiva del lago Viedma, vale la pena una navegación que lleva hasta las paredes azules del glaciar. El trekking sobre esta masa helada es una experiencia inolvidable, que permite caminar entre montañas de hielo, cuevas, hilos de agua, colores intensos y reflejos.
Entre El Chaltén y El Calafate, se impone una parada en el paraje La Leona, con un centenario hotel que supo albergar a colonos, aventureros, huelguistas y hasta a los legendarios bandidos Butch Cassidy y Sundance Kid, que pasaron por aquí durante su raid delictivo por la Patagonia.
Las historias que pueden contar estos restaurados rincones de paredes blancas y techos rojos ahora se van mezclando con nuevas actividades, como el rafting que se practica en el caudaloso río La Leona. La propuesta de la estancia La Estela es bajar por el río en gomones de 2 a 8 personas, pasando por la antigua escuela rural y llegando al paraje, para disfrutar de una merienda con tortas caseras y chocolate caliente.
Toda jornada de gomón, mountain bike o caminata bien puede finalizar ante los espectaculares ventanales de vidrio repartido de La Chocolatería, “La Choco”, con una taza de chocolate caliente entre las manos. O bien en La Cervecería, “La Cerve”, famosa por la calidad de su cerveza artesanal. Allí se reviven las vivencias del día y se escuchan interminables anécdotas de profesionales y aficionados, todos indefectiblemente enamorados de las impasibles siluetas de las montañas.
CLAVES
Para disfrutar del trekking
El trekking puede parecer una actividad sencilla, pero para quien no está entrenado, es recomendable tener en cuenta algunos consejos para no convertir una experiencia placentera en un sufrimiento.
u Calzado. Es básico, ya que un calzado inapropiado puede arruinar una caminata, dañar los pies o causar lesiones en tobillos. Un buen calzado debe ser impermeable –con tecnología goretex o waterproof–, contar con suela amortiguada y antideslizante, proteger el tobillo y no tener costuras internas.
u Bastones. No son una excentricidad, sino un elemento muy útil; ayudan a mejorar el equilibrio al sumar dos nuevos puntos de apoyo, y al transferir parte de la carga de las piernas, reducen la fatiga y contribuyen a evitar lesiones en rodillas y tobillos.
u Hidratación. Hay que ir bebiendo de a sorbos continuamente, cada 15 o 20 minutos. Si es necesario recolectar agua en el trayecto, es importante observar que no esté estancada y que corra en abundancia (de arroyos grandes o cascadas).
u Protección. Anteojos de sol, gorra con visera, bloqueador solar y repelente de insectos deben estar siempre presentes.
u Equipamiento. Llevar GPS o, al menos, un mapa detallado de la zona, con los senderos y obstáculos naturales. Las brújulas siempre ayudan; hay de varios tipos, pero las más utilizadas en trekking son las cartográficas y las lensáticas.
Para disfrutar del trekking
El trekking puede parecer una actividad sencilla, pero para quien no está entrenado, es recomendable tener en cuenta algunos consejos para no convertir una experiencia placentera en un sufrimiento.
u Calzado. Es básico, ya que un calzado inapropiado puede arruinar una caminata, dañar los pies o causar lesiones en tobillos. Un buen calzado debe ser impermeable –con tecnología goretex o waterproof–, contar con suela amortiguada y antideslizante, proteger el tobillo y no tener costuras internas.
u Bastones. No son una excentricidad, sino un elemento muy útil; ayudan a mejorar el equilibrio al sumar dos nuevos puntos de apoyo, y al transferir parte de la carga de las piernas, reducen la fatiga y contribuyen a evitar lesiones en rodillas y tobillos.
u Hidratación. Hay que ir bebiendo de a sorbos continuamente, cada 15 o 20 minutos. Si es necesario recolectar agua en el trayecto, es importante observar que no esté estancada y que corra en abundancia (de arroyos grandes o cascadas).
u Protección. Anteojos de sol, gorra con visera, bloqueador solar y repelente de insectos deben estar siempre presentes.
u Equipamiento. Llevar GPS o, al menos, un mapa detallado de la zona, con los senderos y obstáculos naturales. Las brújulas siempre ayudan; hay de varios tipos, pero las más utilizadas en trekking son las cartográficas y las lensáticas.
MINIGUIA
COMO LLEGAR. De Bs. As. a El Chaltén son 2.917 km por autopistas Ricchieri y Ezeiza-Cañuelas, ruta 3 hasta Río Gallegos, ruta 5 h/Esperanza y rutas 40 y 11. Aerolíneas tiene vuelos diarios de Buenos Aires a El Calafate. Ida y vuelta con impuestos, desde $ 1.450. Bus de Retiro a Río Gallegos (36 a 38 hs), desde $ 1.245 en semicama (Andesmar). De Río Gallegos a El Calafate (4 hs), de $ 110 a $ 182. Desde Calafate a El Chaltén hay tres empresas de bus: $ 120 ida.
DONDE ALOJARSE. Hotel Los Cerros, desde US$ 197 por persona, con desayuno (www.loscerrosdelchalten.com). Cabaña para 4 El Puesto Sur, $ 590 (www.elpuestosur.com.ar). Hostel Patagonia Travellers, desde $ 90 por persona o $ 260 habitación doble; cabaña p/4, $ 550 (www.patagoniahostel.com.ar). En el Parque hay campings libres a los que se accede a pie por los senderos Laguna Capri (a 7 km de El Chal-tén), Poincenot (sendero a Laguna de los Tres, 10 km) y Padre D’Agostini (camino a Laguna Torre, 10 km). En zona urbana, camping El Relin-cho: $ 40 p/persona; cabaña p/4, $ 550 (elrelinchopatagonia.com.ar).
CUANTO CUESTA. Cabalgata a Cerro Vizcacha (6 hs), $ 550, con guía y almuerzo incluido (elrelinchopatagonia.com.ar). Navegación por lago Viedma, $ 220 más $ 80 transfer (www.patagonia-aventura.com). Expedición Hielos Continentales (7/10 días) con guía, equipamiento, pensión completa, permisos y traslados, $ 8.315 por persona, base doble. Requiere muy buen estado físico (www.walkpatagonia.com). Rafting río La Leona, US$ 35 (www.estancialaestela.com.ar).
ATENCION. En El Chaltén hay una estación de servicio. No hay bancos, pero sí un cajero automático para extracciones. Muy pocos comercios trabajan con tarjeta de crédito y débito, y varios brindan servicio de Internet. El clima suele ser muy ventoso y cambiante, por lo que hay que llevar ropa de abrigo incluso en verano.
PAQUETE. Aéreo con Aerolíneas a El Calafate y siete noches de alojamiento en hotel El Alamo (dos estrellas), en El Chaltén: $ 5.232 para dos personas (www.despegar.com).
INFORMACION
En Bs. As., Casa de Santa Cruz, Tel. 4313-4880 / 4311-7906
En El Chaltén, Tel. (02962) 493-370 / 493-011
elchalten@santacruzpatagonia.gob.ar
www.elchalten.com
www.elchalten.gov.ar
En El Chaltén, Tel. (02962) 493-370 / 493-011
elchalten@santacruzpatagonia.gob.ar
www.elchalten.com
www.elchalten.gov.ar
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