Conociendo el rugir de las Cataratas Victoria
Uno de los mayores atractivos que el turista puede encontrar en Zambia son las famosas Cataratas Victoria, un coloso gigantesco hecho agua que se precipita al vacío emitiendo un ruido ensordecedor que hace acordar a una fuerte tormenta eléctrica
Una visita a estas famosas cataratas es un maravilloso espectáculo en sí mismo a raíz de la escena visual que puede percibirse simplemente parándose frente a ellas. Las cataratas pueden observarse desde la orilla zambiana del Zambeze, o bien desde su orilla en territorio zimbabuense, pero de ambos lados la imponencia visual está garantizada.
Un torrente de agua gigantesco del doble de altura que el que se desprende de las Cataratas del Niágara deja como legado un rugiente tronar junto a unas partículas de vapor que parecen ser humo blanco, al que los nativos de la región han denominado Mosi-Oa-Tunya (el humo que truena).
La experiencia es maravillosa por definición, y uno podría permanecer horas inmóvil mirando este rugir de las Victoria. ¿Pero qué tal una experiencia más extrema? Para ello podrías visitar la Piscina del Diablo, una piscina natural justo en el borde de la caída de agua, no apta para cardíacos, por supuesto.
via: nuestrorumbo
Si bien estando emplazadas en Zambia, las Victoria tienen su origen mucho más atrás, pues forman parte del extenso río Zambeze, que atraviesa además del territorio zambiano, países como Congo, Angola, Namibia, Zimbabue y Mozambique.
Una visita a estas famosas cataratas es un maravilloso espectáculo en sí mismo a raíz de la escena visual que puede percibirse simplemente parándose frente a ellas. Las cataratas pueden observarse desde la orilla zambiana del Zambeze, o bien desde su orilla en territorio zimbabuense, pero de ambos lados la imponencia visual está garantizada.
Un torrente de agua gigantesco del doble de altura que el que se desprende de las Cataratas del Niágara deja como legado un rugiente tronar junto a unas partículas de vapor que parecen ser humo blanco, al que los nativos de la región han denominado Mosi-Oa-Tunya (el humo que truena).
La experiencia es maravillosa por definición, y uno podría permanecer horas inmóvil mirando este rugir de las Victoria. ¿Pero qué tal una experiencia más extrema? Para ello podrías visitar la Piscina del Diablo, una piscina natural justo en el borde de la caída de agua, no apta para cardíacos, por supuesto.
via: nuestrorumbo
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