La infinita calma de El Palmar

Es Parque Nacional desde 1966 y protege la especie de palmeras yatay. El río Uruguay, la flora y los senderos para recorrer a pie delinean una geografía única.


POR CELESTE CHOCLIN / ESPECIAL PARA CLARIN


A 365 kilómetros de la ciudad de Buenos Aires, un manto de palmeras se extiende hacia el infinito, los pájaros son los dueños del cielo y el río Uruguay, grande y manso, acaricia suavemente las costas, delineando preciosos bancos de arena. Se trata del Parque Nacional El Palmar, una joya de la provincia de Entre Ríos ideal para hacer una escapada.
Este parque de 8.500 hectáreas, creado en 1966 con el objetivo de preservar la especie de palmeras yatay que predomina en la zona, está situado a 54 kilómetros al norte de la ciudad de Colón y a 6 kilómetros al sur de Ubajay.
Las gigantes palmeras llegan a medir 18 metros de altura y, junto a una gran variedad de árboles, sirven de hogar a más de 250 especies de aves. Se trata de un paisaje que impacta apenas se comienzan a recorrer los 12 kilómetros de camino de ripio que conducen al Centro de Visitantes y al camping El Palmar.
Conduciendo despacio –la máxima permitida son 40 kilómetros por hora– y con las ventanillas bajas, resulta un verdadero espectáculo ver –y sobre todo escuchar– las bandadas de aves que recorren esta reserva ecológica.
Desde la zona de la confitería y proveeduría del camping (renovada hace pocos meses; con pequeñas tiendas donde se venden artesanías y recuerdos de la zona) se observa el hermoso manto del río Uruguay. La zona de acampe se encuentra a 15 metros de altura respecto del río, lo que la resguarda de las fuertes crecidas.
El parque cuenta con una playa de arena, ideal para refrescarse en el apacible río. Otro de los accesos al Uruguay está en el propio camping, en una zona donde las bajantes del agua conforman bancos de arena. Desde la orilla se advierte cómo con sillitas, lonas y todo el equipo playero a cuestas, los visitantes cruzan el río caminando, aunque el agua les rebase la cintura.
Es que la pequeña travesía realmente vale la pena: una vez en el medio del Uruguay, pequeñas islas permiten disfrutar de un río que se percibe desde todos los ángulos. Los chicos se dan el gusto de chapotear en los piletones naturales. Mientras tanto, los más grandes se dejan llevar por un ambiente cautivante: aguas de tonalidades amarronadas y cristalinas a la vez, arena fina, la vista de la República Oriental del Uruguay en la otra orilla y, sobre todo, la infinita calma de este paisaje entrerriano.
Los otros pobladores
Caminando por la zona de acampe, durante el día, resulta normal toparse con algún lagarto overo que sale de su guarida para tomar sol junto a los visitantes: –se los puede ver en los lugares más insólitos: al lado de las mesas, en el lavatorio, próximos a unos de los tantos árboles o en las cercanías del río–. Y por la noche es el turno de las vizcachas, que se pasean entre las carpas para detenerse en algún fogón encendido. Entre las parcelas se observan pequeñas cuevas, las vizcacheras, donde se refugian estos roedores. Saliendo del camping abundan otras especies como carpinchos, zorros, jabalíes y ñandúes.
Además, El Palmar cuenta con senderos para recorrer a pie y en automóvil. En ellos se transita por zonas de densos palmares hasta llegar a espectaculares miradores, ideales para contemplar el atardecer, cuando el sol se pierde entre las palmeras. Los caminos conducen a los arroyos El Palmar y Los Loros, que serpentean un paisaje selvático. Entre la abundante flora y fauna emergen restos de antiguas construcciones –las ruinas de la Calera del Palmar– que dan cuenta del paso de los jesuitas por la región.
Además de contemplar las miles de aves que vuelan libremente por este paraje, es posible verlas con mayor proximidad en dos observatorios: el del Pastizal y el del Bosque, pequeñas casitas ubicadas en sitios donde estos pájaros van a alimentarse o anidar. Para aprender más sobre la flora de la región, en el sendero de El Mollar se realiza un recorrido autoguiado en el que se explica la invasión de vegetación exótica y los trabajos de conservación.
También se pueden hacer paseos en bicicleta y cabalgatas. Incluso dar una vuelta en barco por las aguas del río o navegar en canoa por los arroyos.
El Parque Nacional El Palmar conforma un paraje donde el despertar con el sonido de cotorras, pájaros carpinteros y urracas es tan sólo el comienzo de unas jornadas llenas de naturaleza y tranquilidad. Un paisaje que invita a hacer una escapada y, al volver, ir planificando cuándo regresar.

MINIGUIA
COMO LLEGAR. Desde Buenos Aires, tomar Panamericana (RN 9 ramal Escobar-Campana), puente Zárate-Brazo Largo, RN 12 hasta Ceibas y luego RN 14. El Parque Nacional El Palmar está ubicado en la Ruta Nacional 14, kilómetro 198.
CUANTO CUESTA. La entrada al parque cuesta $ 20. Jubilados, pensionados y menores de 16 años, sin cargo.
DONDE ALOJARSE. El camping El Palmar está abierto todo el año y tiene capacidad para 200 carpas. La parcela para una carpa cuesta $ 25 por día. Menores de 12 años, $ 15; mayores, $ 35.

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