Toda Andalucía en las calles


En Sevilla, Granada, Málaga y Córdoba la Semana Santa es un despliegue de masivas procesiones, donde contrastan el color gitano y el silencio espiritual.


La Semana Grande en la región de Andalucía,España, resume todo el esplendor y la pasión de una gran festividad. Sevilla y La Madrugá, Granada y su procesión en el barrio gitano, la alegría de Málaga, Córdoba y los recorridos por su casco antiguo. Una fiesta que entrelaza religión con la cultura de un pueblo.
Invade el ambiente el aroma a incienso y azahar, y el corazón se estremece al oír el canto quebrado de una saeta que se dispara al aire y emociona a las multitudes. Es la Semana Santa andaluza, días en los que la tragedia lorquiana se conjuga con la religión y el sentimiento del canto flamenco para dar lugar a una fiesta sin igual. Un festejo que se vive entre el recogimiento interior y las mayores expresiones de alegría. Porque en cada pueblo andaluz los días entre el Domingo de Ramos y de Resurrección se viven como las jornadas más importantes del año. Las procesiones toman las calles acompañadas de miles de visitantes en una emotiva marcha por la ciudad, donde desfilan los “pasos” (también llamados “tronos”) de las hermandades o cofradías que representan la Pasión y Muerte de Cristo. A continuación, un recorrido por las festividades de sus principales ciudades: Sevilla, Granada, Málaga y Córdoba.
Puertas afuera
Si una localidad le ha dado fama a la Semana Santa es la ciudad deSevilla. En esta hermosa villa situada a los pies del río Guadalquivir, la fiesta se vive en todo su esplendor. Cerca de sesenta cofradías salen de procesión durante la semana grande. En distintas partes del recorrido la marcha se interrumpe con aquel canto flamenco cargado de religiosidad, la saeta, que se entona desde algún balcón. Se trata de una fiesta popular en la que toda Sevilla se hace presente en las calles.
Las procesiones, los estandartes, las cruces, los cirios (enormes velas), las mujeres con sus mantillas negras el Jueves Santo, los nazarenos con su capuz (gran gorro cónico que les cubre el rostro), los costaleros que cargan los pesados tronos con las imágenes de Jesús y la Virgen, crean un ambiente propio de una ceremonia con 400 años de tradición. Pero sobre todo, es una fiesta cargada de una profunda pasión. Las hermandades recorren las calles sevillanas seguidas de miles de personas emocionadas por las imágenes de un dramatismo increíble. Como la de El Cachorro, del barrio gitano de Triana, donde la enorme figura de Jesús en la cruz tallada en 1682 aparece aún más voluptuosa y mágica con la luz tenue de los cirios.
Las procesiones van acompañadas de bandas de música, a excepción de la de El Silencio, la más antigua y la más solemne. Y si una noche se destaca, es la de La Madrugá, velada especial que transcurre entre el Jueves y el Viernes Santo, cuando las cofradías pasan en orden de antigüedad y más de un millón de personas invaden las calles. De todas se destaca la de La Macarena: fundada en 1595, es la más famosa de España, y su virgen, un símbolo de la ciudad. Multitudes de seguidores se agolpan en la basílica para ver salir la imagen con lágrimas en el rostro y, al grito de “¡Macarena, Guapa!”, acompañan a la “Diosa de Sevilla”.
Las procesiones, la fiesta y la emoción se suceden toda la noche y sin descanso por los barrios sevillanos. Horas maravillosas que no se olvidan.
La tierra gitana
Granada, ciudad con una fuerte herencia árabe y tradición gitana, también despliega esplendor en la Semana Santa. Un ritual impresionante se da cita el Miércoles Santo cuando se lleva a cabo la procesión del Cristo de los Gitanos. Se trata de una larga marcha de doce horas que transcurre desde la Catedral hasta lo alto de la colina, en el barrio del Sacromonte, tradicional arrabal gitano.
En el camino se prenden fogatas y desde las viviendas gitanas (las famosas “cuevas”) salen rasgueos de guitarras, cantes, “quejíos”, y la danza flamenca en su mayor esplendor. En medio de aplausos, gritos y algarabía, el trayecto se va complicando por la empinada subida de la colina. Pero pese a las dificultades, la marcha continúa, como también los cantos y bailes hasta rozar el amanecer, cuando se arriba a la Abadía de Sacromonte.
Otra procesión que se destaca es la de El Silencio, el Jueves Santo. Al pasar se van apagando todas las luces por el camino. Un silencio absoluto se instala en el ambiente: sólo se oyen los pasos de miles de seguidores. Una escena sobrecogedora.
Alegría popular 
La Semana Santa en Málaga también se vive con gran pasión; lo que distingue la celebración en esta ciudad mediterránea de otras es que desborda de alegría, gritos, aplausos, música y saetas espontáneas.
Sus tronos trabajados con un delicado estilo barroco son tan grandes y pesados (pueden alcanzar los 5.000 kilos), que suelen contar con más de 200 personas para su traslado. Las procesiones van acompañadas de bandas de música, además de desfiles militares que se suman a la fiesta y que van tocando marchas e himnos por las calles. La fiesta sobrepasa lo meramente religioso.
El Lunes Santo se realiza una de las procesiones más multitudinarias, la de El Cautivo, acompañada por más de 25.000 personas. Al día siguiente, la Virgen de las Penas estrena un precioso manto de flores frescas realizado por los jardineros municipales.
Es una tradición en esta ciudad marinera que el Miércoles Santo se conceda la libertad a un preso. Aquel día recorre las calles la Virgen de La Paloma, y como si de un cuento se tratara, miles de palomas acompañan el recorrido. En la última jornada, un representante de cada cofradía malagueña levanta la imagen de Jesús El Resucitado para recorrer las calles, seguidos de los nazarenos y visitantes que aplauden durante todo el trayecto.
Luces en el casco antiguo
En Córdoba la fiesta también se vive a lo grande. Si algo caracteriza estas procesiones es que se concentran en el casco histórico, lugar de cruce entre las culturas cristiana, árabe y judía.
Recorrer el centro histórico de Córdoba de la mano de las 35 cofradías que participan cada año, pasando por la imponente mezquita árabe, la sinagoga judía o la Calle de las Flores, con sus casas blancas de macetas colgantes repletas de flores rojas, resulta una experiencia increíble.
En la semana, las hermandades van pasando, unas más alegres y vistosas, otras de carácter fúnebre, que llaman al repliegue interior. El Jueves Santo desfila una típica procesión, la Hermandad de los Toreros, que invoca a la tradición taurina, tan arraigada al territorio andaluz. La procesión es seguida por toreros famosos.
Ya lo muestra el poema de Antonio Machado “La saeta”, que entona Joan Manuel Serrat y se canta a viva voz en estas fechas: …Cantar del pueblo andaluz /que todas las primaveras/anda pidiendo escaleras/para subir a la cruz. / Cantar de la tierra mía/que echa flores/Al Jesús de la agonía/y es la fe de mis mayores… .
La Semana Santa andaluza es tradición, belleza, religión y el sentimiento de un pueblo que vive la fiesta a su manera: con grandilocuencia, devoción, alegría, expresividad y emoción.

MINIGUIA
COMO LLEGAR. Por Iberia, Bs. As. - Sevilla, US$ 1.698 (vía Madrid). A Granada, US$ 1.696, y a Málaga, US$ 1.518. Para ir a Córdoba, hay que volar a Madrid (US$ 1.404) y tomar el tren de Alta Velocidad, que cuesta US$ 90 por tramo (www.renfe.com).

DONDE ALOJARSE. La tarifas son en hab. doble: en Sevilla, Eurostars Regina, US$ 88 (eurostarshotels.com). En Granada, hotel Alixares, US$ 78 (granadahotelalixares.com). En Málaga, Novotel Málaga Centro, US$ 96 (accorhotels.com). Y en el Córdoba Centro, US$ 105 (hotel-cordobacentro.es).

INFORMACION
www.visitasevilla.es
http://turgranada.es
www.turismodecordoba.org
www.andalucia.org

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